jueves, 17 de noviembre de 2016

El Centro


Gente de terno y falda larga sale de la esquina, un poco más al centro un grupo de jóvenes discuten si comprar cerveza o comida. Un pequeño local vende pequeños papeles a pequeños sujetos. El destino de esos papeles es bien sabido; arder a combustión lenta. Giro mi cabeza y veo como gente entra y sale de la municipalidad. Lo tragicómico es que nunca he visto entrar ni salir a quien corresponde. Al costado de la municipalidad veo gente pasar, persignándose al caminar por fuera de la casa de Dios, rara vez entran. Y sí, el mismo Dios que la gente de terno y falda larga acababa de adorar. Me aburrí de observar, el hambre asecha. Pido permiso a los skaters y amigos raperos al costado de la pileta. Mi salvación se encontraba unos metros más al centro, Pablito y sus papas fritas seguían ahí.

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